5 de Mayo | Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar

¿Qué es la hipertensión arterial pulmonar?

Es una enfermedad rara (está incluida dentro de las enfermedades poco frecuentes) y crónica, es decir que hasta el día de hoy no tiene cura, pero con el tratamiento adecuado se puede enlentecer su progresión y mejorar la calidad y cantidad de vida. Se caracteriza por un incremento anormal de la presión en las arterias del pulmón, de allí su nombre.

¿Quién puede padecerla?

La HAP puede afectar a personas de cualquier edad, desde niños muy pequeños hasta adultos mayores, aunque se diagnostica con mayor frecuencia en personas de 30-50 años, y afecta sobretodo a las mujeres. Existen diferentes enfermedades que pueden asociarse a hipertensión pulmonar, como son las enfermedades del tejido conectivo (por ejemplo, la esclerodermia), las cardiopatías congénitas, el VIH, la hipertensión portal. Cuando no encontramos una asociación con alguna patología, decimos que se trata de una hipertensión arterial pulmonar idiopática.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la hipertensión pulmonar?

En general, los síntomas más comunes son cansancio, falta de aire ó agitación, que empeoran durante el esfuerzo (por ejemplo, al caminar rápido o subir una escalera). En algunos casos pueden aparecer mareos y desmayos. En fases más avanzadas de la enfermedad pueden aparecer signos y síntomas de retención de líquidos como hinchazón o edema en tobillos, acumulación de líquido en al abdomen y empeoramiento de la falta de aire que puede ocurrir incluso durante el reposo.

¿Cuál es el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar?

Hasta hace solamente 20 años, no existía tratamiento para esta enfermedad, pero desde el año 2000 se han desarrollado varios medicamentos (y se siguen investigando nuevas terapias) que logran enlentecer el curso de la enfermedad, mejoran los síntomas y la calidad de vida del paciente, y prolongan la sobrevida.